Precioso. Triste pero precioso. Real
Megusta
Ya vas olvidando lo mucho que has vivido, las sonrisas han desaparecido con el pasar de tantas auroras, el brillo de tu mirada ha menguado o quizá se ha quedado incrustado en alguno de los atardeceres que ante ti se tragó el sol. La extenuación de los pasos dados se refleja en el débil caminar.
La inocencia es un recuerdo, la capacidad de sorprenderse es ínfima, y cada día de vida supone un estruendoso ir y venir de sensaciones repetitivas en donde el corazón se ha curtido con el ir y venir de amores y desamores, de decepciones y alegrías que pensaste eternas y que ahora ya no están.
La incredulidad siempre campea y solo deseas dormir para con ello soñar una historia paralela que te permita sobrellavar esta marea de mierda que consigo trae la rutina.
De vez en cuando se te hace necesario desconectarse, de vez en cuando…
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